Encarcélame. Condéname a una eternidad de blancas paredes. Pero no te olvides de desahuciarme antes. Llévate mi razón contigo y empújame al otro lado de la línea discontinua. Ésa que separa cordura y locura.
Colócate a mi espalda y mándame de una patada al lugar al que pertenezco.
Desvísteme de recuerdos y devuélveme la nada. Desnúdame como hiciste en sueños y entrégame telarañas de colores en lugar de besos. Arranca tus caricias. Quema tus palabras. Pudre tu olor. Deshazme de aquel día y de todos los que siguieron.
Y cuando quede tirada en el suelo almohadillado, desprotegida, arañando paredes, buscando dragones y sin sentimiento... entonces, pinta la línea y hazla continua. Infranqueable.
Me encuentro en tu misma situación, o mejor dicho, en la que tú estabas antes. Y aunque sé que tu misión no es fácil, comprendo que la mía tampoco. Y es extraño como, a su vez, hay alguien en mi mismo lugar.
Es decir, tengo dos papeles opuestos. Tú tienes el mismo que yo tengo con ella, y yo tengo contigo el mismo que ella conmigo. Parece un trabalenguas, pero es la realidad.
Con lo fácil que resultaría que cada una tuviese el complementario.
La vida es lo que tiene. Las injusticias le gustan.
Y aunque ahora veo la situación desde todos los puntos de vista posibles, me siento incapaz de seguir por el buen camino. Porque quiero hacerlo bien y no puedo. Es una impotencia que me arrastra a cometer el mismo error una y otra vez.
Muchas veces me pregunto si no puedo hacer nada por cambiar de personaje. Para poder daros lo que necesitáis y librarme a mí de este dolor que sentís.
Yo no diré que éste es el último post que te dedico, porque sé que mentiría.
Si rompo a llorar, duele. Si grita mi voz, duele. Si me arropa el silencio, duele. Si tu música suena, duele. Si no estás, duele. Pero si te encuentro cerca... duele.
¿Por qué no me dices que el dolor es un sueño?. Dilo con un beso que me despierte. Y quédate por siempre en mi lecho, alejando éste dolor inerte.
Exhalo el eco de una voz lejana. Susurros perdidos en los confines del recuerdo, ahogándose en las horas.
Hubo un tiempo mejor donde yo no usurpaba tus silencios ni quebrantaba tus sueños.
Ahora soy indigente en la sombra y traficante del olvido. Un mensajero del pasado que viola los días y secuestra las noches.
Hay personas que se recuerdan y otras que se sueñan. Para mí, '_ _ _ _' tenía la consistencia y la credibilidad de un espejismo: no se cuestiona su veracidad, sencillamente se le sigue hasta que se desvanece o te destruye.
Este post sólo lo comprenderá una escasa minoría, pero es a ellos a quienes va dirigido. Los demás, no intentéis entenderlo ;)
Tras una temporada de lo más movidita, dejo aquí mi propio "guión" para la próxima. Lo que decida Joss Whedon es otra cosa.
1. Spike se centrará en Harmony o alguna otra vampiresa, demonio o ser humano, dejando en el olvido a su amada Drusilla y a la cazavampiros. Es lo más conveniente.
2. Dru seguirá viviendo su historia de amor con el "demonio del kaos" a pesar del dolor que eso provoque en otros vampiros. Ell@s son felices y eso es lo único importante.
3. Tras un tiempo prudencial, Spike y dicha parejita (entiéndase la anteriormente mencionada ;) ) volverán a hablar entre sí, sin ningún tipo de remordimiento, pena o rencor.
4. Para que el apartado anterior pueda llevarse a cabo, es posible que sea necesaria la colaboración de todos los "scoobies", que estarán encantados de poder ayudar.
5. Elvirita, personaje aún sin determinar, tratará de controlar sus hormonas. Ya que, por el contrario, alguno o varios de los personajes pueden quedar en peligro ;)
6. Buffy. El futuro de la cazavampiros es algo más incierto.
Supongo que seguirá recordando cada noche a su verdadero y único amor. Un vampiro con alma que la hizo feliz (Ángel) y atormentó (Ángelus).
Ya sabe lo que Spike siente hacia ella y tomará las medidas oportunas (y esperemos que las adecuadas).
Lo que sí sabe, por ahora, es que quiere mantener su amistad con el vampiro rubito y que eso es lo único que necesita.
Su vida sentimental queda en el aire y reservada sólo de puertas hacia dentro. Es decir... para los guionistas. Es decir... para mí.
7. Pongámosle un final...
5x22. The gift
No recordé tu cumpleaños. Primera vez en seis años. Tampoco estoy segura de cuántos has cumplido ¿22 ó 23?. No puedo creer que haya olvidado tantas cosas de ti. Y, poco a poco, los restantes recuerdos se desvanecen, quedando imágenes y sentimientos agradables pero carentes de emoción. Porque no me haces sentir. Nuestra historia se ha enfriado tanto que ahora ni la siento.
Hielo que perdura en el tiempo y la distancia, que no molesta ni tampoco busco.
Primero desaparecieron tus llamadas (luego las mías), tus mensajes (más tarde los míos). Despareció un sentimiento y, con él, nuestro dolor e indiferencia.
Jamás imaginé que llegaríamos a este punto; que yo olvidaría las cifras de un número que tantas veces marqué y al que tantas palabras hice llegar. Aunque aún recuerdo el otro.
Olvidar tu edad me escandaliza, aunque creo que has cumplido 23, pero no puedo asegurarlo...
¿Significa éso que no te quise? ¿O sólo que no mereces ser recordada?
Porque todavía puedo observar tu mirada azul clavándose en mí aquel día, puedo acariciar tu cabello rubio como hice aquella tarde y sentir tus labios perderse en mi cuello por primera vez. Puedo recordar tus abrazos, ése anillo que me prestabas tantas veces. Tu sonrisa... también la recuerdo. Me hacía temblar. Y esa risa tan propia de ti, buscando siempre llamar la atención.
Recuerdo esperar cada mañana a escuchar el rugir del motor que te traía a clase y observar por la ventana la misma imagen cada día. Gafas de sol, casco, vaqueros, llaves, mochila y tu saludo de buenos días desde la calle. A veces acompañado de un beso en la distancia o de un cigarro recién tirado al suelo que nunca apagabas. Siempre lo dejabas consumir. Tu pequeña manía de no acabar tú misma con nada, sino dejar al tiempo o a mis botas terminar con el trabajo sucio.
Sigo recordándote... pero sin sentimiento. Y me alegro.
Ya no apareces en mis sueños y, cuando lo haces, el despertar me trae dudas sobre si realmente estabas o no.
Éste final me resulta triste, pero visto desde fuera, porque ya acabó nuestro juego. Ahora sólo queda una caja negra envuelta en olvido.
A lo mejor un día la encontramos y podemos leer nuestra historia y descubrir la causa del final. Como pasatiempo.
Felicidades con un mes y catorce días de retraso (sin ser merecidas).
Rompo a llorar inesperadamente, sin explicación ni causa visible. La luz entraba por la ventana hasta hace apenas unos segundos. Ahora sólo siento oscuridad, densa y pesada, que me arrastra hasta el fondo de no sé donde.
Otro llanto desconsolado que me ahoga una vez más. Intento comprender lo que me pasa. Personas, imágenes, voces, sentimientos, palabras, situaciones ruedan como la mejor secuencia de cine. Rápidas, imperceptibles, reales.
El silencio me envuelve. Llevo así todo el día. En silencio. Sin nadie a mi alrededor. Sola. Otra vez.
Y es ésta soledad quién me hunde... y mis lágrimas queman y escuecen... y no lloro por nadie, o sí... ni por nada... Soledad.
Pienso en ese tono de voz y ese abrazo que necesitaría ahora. Una voz que hable y rompa mi silencio, un abrazo que me calme y robe mi soledad.
Me encuentro perdida y mis gritos de auxilio no logran salir. Y nadie los escuchará y yo no los dejaré escapar. He gastado todos los cartuchos de S.O.S que quedaban. ¿Qué me queda? no quiero buscar soluciones. No quiero dar con la única que rondará mi mente toda la vida.
Que se acabe este momento... por favor... que se acabe... o que alguien venga y me salve de esta caída infinita.
Clara juraba y perjuraba que era cierto, y yo me rendía, atormentado por la imagen de aquel desconocido de dudosa existencia que se complacía en acariciar ese cuello de cisne, y a saber qué más, mientras a mí sólo me estaba permitido anhelarlo. Si me hubiese parado a pensarlo, hubiera comprendido que mi devoción por Clara no era más que una fuente de sufrimiento. Quizá por eso la adoraba más, por esa estupidez eterna de perseguir a los que nos hacen daño.