Dime qué puerta he de atravesar cuando el olvido venga pisándome los talones. Qué canción escuchar cuando tu voz se pierda entre mis versos. Bajo qué manta esconderme al acechar la decepción desde el espejo. A qué cuerda aferrarme cuando la esperanza caiga por su propio peso.
Dime qué pensamiento forjar cuando los sueños se diluyan entre mis lágrimas. A qué atalaya trepar cuando reciba la amenaza del odio. En cuál de tus fotos zambullirme cuando la ilusión se desplome ebria. Y por qué disfraz decidirme cuando el miedo grite truco.
Porque ya no sé si hago bien o mal. Si es aconsejable dejar la razón a los pies de la cama durante alguna noche.
Porque no sé si al dar un paso, retrocedo dos. Si no debería pararme en seco y cruzarme de brazos.
Porque ya no sé si echo de menos una voz o sólo un recuerdo. Si los acordes improvisados son sólo desprecio.
Porque desconozco el nombre de los silencios o ya lo perdieron. Si el tiempo sólo corroe el grito que mis ojos no perdieron.
Porque ya no hay sueños ni esperanzas. Si mi alma valiente navega desnuda.
Porque no necesito nada o quiero todo. Si "no ves que por dentro estoy en ruinas".
A coger el cielo con las manos
a reír y a llorar lo que te canto
a coser mi alma rota
a perder el miedo a quedar como un idiota
y a empezar la casa por el tejado
a poder dormir cuando tú no estás a mi lado.
Menos mal que fui un poco granuja
todo lo que sé me lo enseñó una bruja.
Ruinas.... ¿no ves que por dentro estoy en ruinas?
Mi cigarro va quemando el tiempo,
tiempo que se convirtió en cenizas.
Raro!! .... no digo diferente, digo raro!!
ya no sé si el mundo está al revés
o soy yo el que está cabeza abajo.
El colegio poco me enseñó....
si es por el maestro nunca aprendo:
A coger el cielo con las manos.....
Ésta tarde por fin he salido de lo que llaman armario con mi mejor amiga. Hacía tiempo (desde que lo supe) que quería decírselo. Pero el miedo me lo impedía cada vez que estaba frente a ella.
Hoy ya no había salida. Cuando quedamos para tomar un café pensé que se lo contaba sin falta, pero los planes incluían que otra amiga estuviera presente y eso deshizo mi idea.
Al final la otra chica no ha podido venir y ya no había marcha atrás. Tenía que contárselo de una vez por todas. (Aún así dudaba).
Hacía tiempo que no hablábamos durante largo rato. Nos conocemos desde pequeñitas. Empezamos juntas el colegio y desde entonces no nos hemos separado hasta llegar a la universidad. Un salto muy grande en nuestra amistad que, por suerte, hemos logrado salvar de momento.
Como siempre ha llegado el tema de los novios, etc... parece que en toda conversación tienen que estar las dichosas parejas. En cuanto ha pronunciado la palabra novio me he puesto nerviosa. Es la primera vez que me entran nervios al hablar con ella.
Tengo que contarte... ha sido mi gran frase. pues cuenta ;) responde ella toda contenta, porque sabe que yo lo que se dice hablar... no hablo mucho.
No sabía cómo empezar. He bajado la mirada y mis dedos temblaban mientras jugaban con el papel de un chicle. No me atrevía ni a mirarla a los ojos...
Cuando he dicho chica he levantado la vista y su cara era todo un poema. Se ha sorprendido. (Pensé que no se extrañaría tanto, no sé por qué...). Pero hemos hablado del tema sin ningún problema, como si fuera lo más normal del mundo que tu amiga de toda la vida te confesase que le van las chicas. Al menos lo ha comprendido y lo ha aceptado con naturalidad, aunque nadie me borrará de la memoria esa cara de asombro, jaja pobrecita...
El caso es que la he contado la historia. Tampoco he entrado en detalles y me ha apoyado al máximo. Me ha sorprendido su pregunta-afirmación Lo has pasado muy mal. He reafirmado su frase y su mirada triste se me ha clavado como un puñal.
Ha sido un alivio contarle mi único secreto. Sin ella saberlo, me ha liberado de uno de lo pesos que cargo a la espalda. Y desde aquí te lo agradezco, aunque no vayas a leerlo.
Puede que el próximo paso sea darte la dirección de este lugar. Quién sabe.
Mil gracias, B.
Pues he salido viva. Sí, sí, sigo aquí respirando normalmente. Mis ojos siguen igual que hace 10 minutos. Mi estado de ánimo inamovible.
Pues sí, no se ha caído el mundo ni el suelo se ha transformado en arenas movedizas. Creí que me arrepentiría a mitad de camino y que estaría muerta al pulsar la X de arriba a la derecha. Pero no... sólo un párrafo concluyente me ha revuelto un poco el estómago. Nada nuevo, nada extraño. Todavía no me acostumbro a imaginarte a horcajadas de alguien. Pero no voy a intentarlo de nuevo. Cabezonería, supongo, y algo de sentido común.
Ya volveré a pasarme cuando mi espíritu combativo luzca de nuevo la cabeza bien alta.
Prefiero no arriesgar a quedar atrapada entre las sombras que un día me arroparon y ahora me desahucian.
Por cierto, ¿qué tal?
Pues eso, que ya soy oficialmente un peligro de la carretera. Que tengan cuidado los madrileños que ya voy arañando el asfalto!
En fin, que ya era hora de regalarme a mí misma algo y qué mejor que el carnet de conducir justo el día antes de mi cumple. Ya recibo mis 21 añitos con buena cara o, al menos, con una sonrisa al volante.
Por cierto, el examen está tirado. Me esperaba algo muuuucho peor.
Ya oigo voces susurrando "lagarto, lagarto".
Ésta tarde me he negado a ir a un lugar en el que te encontraría seguro. Reafirmándose así el deseo de no querer verte. La negativa ha sonado a pavor, pero en mi interior resonaba el alivio. No podría perderme en tu mirada y darme de bruces con el vacío.
Todavía recuerdo el color de tus ojos. Ese azul tan extraño que tanto odias. Esto no es azul solías decir. Yo te observaba y me reía porque veía el azul menos azul que existe y aún así me maravillaba. Un beso seguía a continuación porque te encantaba el gesto que ponía al perderme en ese color cristalino y puro.
Pero todo aquello pasó hace mucho tiempo y hoy nuestras miradas se cruzarían sin decirse nada.
Algún día nos veremos de nuevo. Yo, de momento, si puedo ahorrarme un paso en la distancia, lo haré. Que ya no gritas en mi cabeza ni arañas mi corazón. Y eso siempre hay que aprovecharlo.
Anoche me abristeis los ojos. No sé quien de las dos, pero lo hicisteis. Ahora no puedo confiar en nadie, ni siquiera en ella, que es la única que me conoce. Porque las demás habéis demostrado que poco me conocéis.
Dos versiones contrarias para una misma historia. Eso nunca ha sido bueno. Las palabras cambian al hablar con cada una, y no significa lo mismo un me preguntó si iba por ella que me preguntó por quién creía que iba.
Pequeños matices que no pasan desapercibidos. Alguien miente y nadie reconoce su culpa. Y yo no estoy aquí para juzgar a nadie. Tengo pruebas suficientes para someteros a interrogatorio pero no estoy dispuesta a llevarme otra sorpresa.
No voy a librar una guerra a tres bandos. Si queréis mataros hacedlo solas, que yo retiro tropas y abandono el campo de batalla. Ni siquiera me quedaré a dar la enhorabuena al vencedor. Conmigo habéis perdido a no ser que alguien diga la verdad de una vez por todas.
No deberíais entrelazar historias pasadas, aunque tú pienses que todo hace referencia al mismo tema. De ser así, la otra persona demostraría muchas cosas y ninguna buena.
A pesar de todo, no le encuentro sentido a nada. Y un malentendido no es.
Espero que sepáis solucionar el problema sin derramar litros de sangre. No me gustaría que alguien quedase desangrándose en soledad.
Y gracias por el regalo de cumpleaños adelantado. Jamás me habían regalado la desconfianza en un tarro tan grande.
Me hace gracia que hayáis confundido hasta ese punto mi actuación. Resulta que ahora si eres más cariñosa con una persona que con otras significa que te gusta. A nadie se le ocurre pensar en la empatía y sólo ven lo que les da la gana. Pues bien, no os preocupéis, porque de mí no vais a volver a pensar algo parecido. Si tengo que ser un puto témpano de hielo con todo el mundo y distante, lo seré, que a mí no me cuesta. Así le daréis la razón a mis padres y podréis comentar con ellos que su hija tiene el corazón de piedra. Poco me importa a estas alturas.
Aunque os quiero dejar una cosa bien clara. Yo tiendo a ser con las personas como ellos lo son conmigo. La excepción confirma la regla, eso está claro, pero en general es así. Y si tú mantienes la distancia conmigo, yo la mantengo contigo. Y si tú me hablas sólo de estrellas, yo te hablaré de galaxias. Y si tú me das un abrazo yo te lo devolveré gustosa. Que no hay nada en esta vida que me guste más que dar cariño, pero no me muero por no darlo. Si sabes que sólo me comporto de esa forma con mi pareja y tú no lo eres, no pienses esas cosas. Te equivocas al comparar situaciones que no son ni parecidas. He tenido ocasiones para lanzarme a ti y nunca lo he hecho. Será por algo, no crees? Pero no... seguís pensando lo mismo.
Puedes alimentar tu autoestima con falsas ilusiones y comentar con tus amigas la jugada. Pero de mí poco vais a recibir a partir de ahora.
Y llámame radical, cabezota o todo lo que quieras. Pero esta situación llega por muchos motivos, aunque la gota que colma el vaso haya sido ésta.
P.D: Y sí... le voy a dar al blog la misma utilidad que le das tú. (Ya que no os gusta decir las cosas a la cara).