So Far Away

Suerte

Creímos entenderte muchas veces, saber lo que sentías y pensabas. Jugábamos a conquistar territorios ficticios y, sin saberlo, a corazones rotos. Compartimos tardes de frío y agobiante calor. Y varias noches apuntando al centro.
Sabíamos también que no eras como las demás, que algo en tu cabeza te mantenía siempre a diez metros de la tierra. Suficiente distancia para hacerse daño en la caída. Pero nunca caíste... por tu empeño de salir volando a la sombra de Peter Pan.
Hace poco vi a los niños perdidos y apareció tu imagen dibujada en los alegres rostros. Y supe que serías feliz con ellos, porque siempre has buscado no crecer. Pero no estamos en un cuento de Disney, vivimos en esta realidad y nuestro destino nos obliga a soplar velas.
Hoy, como otro día más, nos dicen tus palabras grises lo que ocurre en tu vida. Y hoy, como cientos de otros, me siento fuera de ella.
Sólo espero que tengas suerte y seas feliz. Y que Wendy coja tu mano y te baje al suelo.

La voz dormida

Ya se había acostumbrado a hablar en voz baja, con esfuerzo, pero se había acostumbrado. Y había aprendido a no hacerse preguntas, a aceptar que la derrota se cuela en lo hondo, en lo más hondo sin pedir permiso y sin dar explicaciones.

D.C

Die Happy

Me río por no llorar. Casualidades de la vida, supongo. O simplemente, que las letras de muchas canciones te recuerdan alguna situación y/o persona.
Acabo de descubrir un nuevo grupo y la primera canción que escucho es ésta:

P.D: El grupo es increíble. Ya está en mi lista.

Entre los pilares de la tierra

Hoy, por primera vez, he acariciado sus hojas mojadas. Qué sensación tan profunda e intensa. La historia me ha enterrado con ella. Sus lágrimas escritas han brotado de mí... y, a través de sus palabras, han ido cayendo sin poder evitarlo. Jamás un texto ajeno, desconocido y nacido de imprenta me había emocionado de esta forma. Hasta el punto de robar mis lágrimas.
Desde que leí tu título por primera vez, desde que observé tu portada y acaricié tus pastas. Desde aquel día quise leerte. Fue un flechazo a primera vista, sin recomendaciones ni terceras personas. Quise sostenerte entre mis manos y absorber tus letras, una a una, lentamente.
El destino no estuvo de nuestra parte. Y cada vez que se acercaba el momento de tenerte, algo fallaba y nunca abandonabas a tu verdadero dueño. Pienso que no había llegado el adecuado. Has esperado a ser mío, mío completamente, sin más dueñ@s que yo. Y hoy me alegro de haber esperado tantos años, porque sé que en otro tiempo no hubiera vivido ésta sensación.
Qué absurdo puede resultar escribir con tanta pasión sobre un libro. Pero no es un libro cualquiera. Es "Mi Libro". Y aunque he bebido poco de sus 1039 páginas, sé que no me defraudará y que siempre agradeceré a sus personajes y a su autor haber llorado con su historia en prosa... por primera vez.

Confesiones

Por qué he de darte explicaciones si cargo a mis espaldas con casi 21 años? Me pides lo que sabes que es imposible y más sabiendo que tú mantienes siempre la boca cerrada. Quizá cuando dejes salir las palabras por tu garganta, suelte yo todo lo que llevo dentro. O no. Porque puede que no haya nada. Te sorprenderías si te dijese que sólo hay vacío, verdad? Tú no me creerías. Tú, que ves en mí a la mejor heroína de comics y a la chica especial que nunca fui. Un fantasma en blanco y negro... abre los ojos.

Mantienes la fe que nunca he ganado creyendo en alguien que no existe. Sólo en tu mundo ficticio, ése en el que tanto te gusta vivir y en el que vas muriendo poco a poco sin darte cuenta. O siendo más consciente que nadie. Quién sabe. Nunca te entendí.
Me pusiste en lo alto del podio y te diste la vuelta cuando yo trataba de bajar sin escaleras ni cuerdas. No me gustaba estar en las alturas sin haber participado en la carrera. Pero como siempre, preferiste no verlo. ¿Y ahora te escandalizas cuando ves el cajón vacío? Haber mantenido fija la mirada... yo no tengo la culpa. Ni ella, ni la otra, ni la anterior.
Quieres una respuesta y te la voy a dar.
Dejé de confiar en ti cuando hablaste de mas sobre quien amé (entraste en terreno pantanoso porque nadie... y repito... NADIE tiene derecho a hablar sin conocer). Y menos tratándose de ella. Y menos aún delante de mí. Te arriesgas a que te muestre mis garras sabiendo que las mantengo afiladas. Me das en el hueso de la risa y eso no te favorece. No fuiste lista...
Dejé de confiar en ti cuando me gritabas falsas verdades. Cuando te divertías al relacionar historias de vampiros. Cuando no fuiste fiel a mis principios. Cuando la decepción llegó a puntos extremos (esto es culpa mía, lo sé).

Me alejo porque no me gusta en lo que te has convertido. Dame tiempo para acostumbrarme a tu nuevo disfraz o vuelve a ser lo que fuiste. O simplemente déjalo estar, que tampoco pierdes nada. Al fin y al cabo sólo soy yo.

P.D: Sé que has hecho otras muchas cosas bien. Que me has dado más de lo que merecí. Pero este post no va de eso. Y así, a lo mejor aprendemos a darle todo a quien nos corresponde con lo mismo o, por lo menos, con más de la mitad.