Estas navidades no pasarás una noche en casa ni me pedirás que te acompañe al centro porque te han encargado unas fotos de Madrid y sus luces. El sofá grande estará vacío, no habrá risas, nos faltas tú.
Y en el teléfono sigue estando tu nombre y, en mí el miedo a olvidar tu voz.
Lo único bueno de estas fechas era tu visita.