So Far Away

Heart's breaking (FIN)

[...No podía apartar mi vista de aquel suave y viscoso corazón...]

“Baby...”.
Otra vez la voz. Miré a mi alrededor buscando de donde provenía. No veía a nadie. De donde salía? Quién era? Sería este corazón a quien buscaba? Se llamaría Baby este pequeño corazón?

Una sombra se acercó por detrás. Esta vez no tuve miedo. Traía consigo calor, calor que necesitaba lo que agonizaba entre mis manos.
“Baby...no sabes quién soy?”
–Me hablas a mí?
“Claro. Acaso hay alguien más contigo?”
–Sí. Está él. – Y elevé mis manos hacia la sombra.
Se escuchó una dulce risa... “Todavía no lo has averiguado, eh?”
–El qué? Qué tengo que averiguar?
“Ese corazón...no sabes a quién corresponde?"
–No. Me resulta familiar, pero no sé de quién es. Es tuyo?
“No”.
–No? Y tú sabes de quién es? Hay que ayudarle porque se está rompiendo. Y todavía estamos a tiempo, no crees?
Se acercó la sombra a mí, lo hacía despacio y con algo de miedo. Parecía que no quería acercarse pero algo la atraía.
Su mano se posó en mi pecho. La miré. Nunca antes había tenido esa sensación de alivio, de salvación. Quedó durante un tiempo así, con su mano en mi pecho, como si estuviese buscando algo.
“No te das cuenta?”
Reinó el silencio.
“Estás vacía. No te has dado cuenta?"
Unas lágrimas cayeron de mis ojos, los cerré y entre sollozos:
–Sí. Lo sé. Me lo quitaron hace unos días. No quería encontrarlo...para qué buscarlo si estaba roto? Ya no sirve. No sirve...
Sus manos abrazaron las mías.
“Está vivo. Todavía late. Yo te ayudaré a curarlo. Juntas conseguiremos recomponerlo. Estoy contigo, baby. Te he venido a buscar. Déjame devolvértelo.”
Mis lágrimas seguían cayendo. Ella introdujo sus manos entre las mías y el pequeño corazón. Lo cogió con mucha suavidad y lo acercó a mi pecho. Mi cuerpo temblaba.
“Tranquila. Dolerá un poco pero es necesario. Se pasará”.
Un grito de dolor quemó mi garganta. Caí al suelo.

Algo empezó a caer sobre mí y me despertó. Llovía.
Yo estaba tumbada al lado de aquel viejo árbol. Puse las manos en el suelo y levanté la vista. Llevé la mano a mi pecho. Dolía. Era como si algo me estuviese apretando por dentro, como si estuvieran manipulando mi interior. Giré la cabeza y allí estaba Ella... de cunclillas en el charco, con las manos metidas en el agua.
Hice ruido al levantarme y ella miró. Coincidieron nuestras miradas pero ninguna sonrió. Me acerqué a donde Ella estaba, teniendo cuidado para no resbalar con la lluvia caída. Llegué a su lado.
–Qué haces? –pregunté.
Sin apartar la vista de lo que estaba haciendo dijo “Nada. Está fría. Me gusta”.
Puse mi mano en su hombro y se levantó. Giró para quedar frente a mí. De nuevo las miradas... cogí sus manos entre las mías y me acerqué aún más a Ella. Un leve movimiento de cabeza y nuestros labios se rozaron. Me aparté, la miré y volví a acercarme, esta vez un beso selló el momento. Uno de esos dulces e intensos, cálidos, inolvidables...
“Es la hora, baby” susurró.
–¿La hora?
“La hora de despertar”.

Los rayos del Sol pegaron en mi cara. Abrí despacio los ojos y me encontré de pie en el cruce. Noté algo frío cayendo bajo la ropa y miré hacia el suelo...
Sangre...un charco de sangre se estaba formando bajo ms pies. Levanté mi camiseta y vi:
Fuente de vida, de miedo, de dolor...pero tan llamativa...
Un intenso color rojo y brillante manaba de esa herida y recorría mi piel.
La gravedad marcaba su camino. Que fácil resulta cuando te indican.
El contraste te inquieta...una imagen impactante...mi sangre.

Caía despacio por mi piel hasta llegar al suelo. No puede ser. No podía ser.
–Dónde estás?!!!
–Vuelve!! Donde estás?
–Voz...Sombra...vuelve, mi amor... –susurré.
Lágrimas rojas, lágrimas vivas, lágrimas por ti...

Uno de los caminos tenía ahora una inscripción: “OLVIDO”. Los otros ninguna. Fui hacia donde creí haber escrito el día antes con una rama, pero no estaban mis palabras sino las suyas “Sigue al olvido”.
Allí quedé mirando esas tres palabras, sin creer lo que estaba leyendo. No había charco de agua, no había árbol ni resto de lluvia. Una lápida sobresalía al principio del camino a seguir y una inscripción en ella: “Hearts breaking even”.
Bañé con sangre mi tumba, puse una piedra encima, dejé alguna lágrima y continué mi camino.