So Far Away

Eso (4ª parte)

Han pasado meses y todo parece ir bien. Has pensado en ella cada día, pero durante menos tiempo cada vez.
El 29 no ha tardado en llegar y se aproxima el recuerdo. Las nubes se manifiestan tras la ventana. Han llegado pronto. Organizan los preparativos para la lluvia. Siempre lo hacen. No quieres que llegue, pero nada está de tu mano. Es la naturaleza, el tiempo y su recuerdo contra ti, contra un alma perdida y un corazón destrozado.

Abres el baúl, ése que guarda sus cartas, su música y algunas lágrimas. Has caído de nuevo en su red y la lluvia te acompaña.
Comienzas a leer sus palabras, te dedicó tantas...un escalofrío te sacude...“te amo”. Una vez ella lo dijo, ahí está. Lo lees, lo acaricias. Ella te quería y tú también a ella. Fue tan bonito que no puedes evitar sonreír. La echas de menos. Hace tanto que no oyes su voz que decides escuchar una de sus canciones. “Was just a little white lie”…primera frase, primera lágrima. Es su voz….su voz y su guitarra..…su alma.
No puedes evitar llorar. Esa melodía recorre tus venas. Esa voz rasgada te supera. Lloras.
Piensas en las conversaciones que manteníais, cuando había algo y cuando dejó de haberlo. Te encantaba escucharla y te encantaban sus silencios. Silencios agradables...sólo su respiración y la tuya...unidas, acompasadas.
Otra lágrima cae, mojando una de sus cartas “...xq ahora q me he acostumbrado a oír tu voz no creo q sepa vivir sin ella... sin ti...”. Esas palabras te han erizado la piel, tú sentías lo mismo. No sabes vivir sin ella. Te das cuenta.
Puede que estés rehaciendo tu vida pero sólo de forma superficial. No puedes olvidarla. Jamás lo conseguirás. Algo tan profundo no se olvida, no se deja de sentir. Permanecerá siempre. Vivirá contigo.