Mi madre piensa que si no limpio mi habitación más a menudo es porque soy una vaga. Debería decirle que son los recuerdos quienes me hacen estornudar cuando se remueven (y no el polvo). Cada vez que hago "limpieza general", encuentro y pierdo alguna cosa más. Ayer, éso que escuece, acabó en la caja verde. Porque el verde, dicen, es esperanza. Y yo espero que algún día, al encontrarlo de nuevo, no me quede sentada en el suelo con la mirada perdida en lo que fuimos. La estantería también duele un poco menos. Y el baúl pronto rebosará sangre y desconcierto. Aún así, aquí dentro, no hago limpieza. Siempre será vuestro. Nuestro. Y ni el tiempo, será capaz de llevarse nada.
Dónde estaríamos ahora si hubiese tenido el valor de entonces. Qué sería de mí si hubiera madrugado un poco más aquel día. Todo sería tan distinto que asusta. Camina, párate un segundo y sigue. Lo hicimos, y nuestros destinos se entrelazaron por un segundo. O para siempre.
Y si sólo hay uno?