Un par de días despertando a oscuras bastan para saber que las paredes se han ido alejando hasta dejar este lugar demasiado amplio y gélido.
Sé de la existencia de una puerta porque tú estás al otro lado, en el umbral.
Ojalá se abriese de nuevo. Sólo así las paredes se estrecharían. Y las seis de la tarde no llegarían nunca. Y las escaleras se derrumbarían en cuanto bajásemos. Y el desayuno sería tan dulce como siempre. Aunque no haga falta mas que un poco de agua.
*Beso*
(Que sigo sin enterarme de la mitad de tus post = P·)
abre al puerta. Con los ojos bien abiertos, para ver mejor, aunque sea en la oscuridad.
Cuando todo empieza a tornarse extrañamente helado...a veces incluso llega a quemar.
prruuff.
Tengo unas ganas increibles de escribirte algo aqui pero...bah! no me salen las palabras. Te dejo un beso :)
Huella dejada por Maki a las 9 de Diciembre 2007 a las 10:12 PM